Los maestros que nos hicieron ser lo que somos. Los que construyeron y ensancharon Amor de Dios al servicio del Flamenco y la Danza Española. Los que formaron a varias generaciones de artistas. Los que nos legaron su herencia ejemplar que siempre agradeceremos y a la que serviremos.
Muchos de ellos, vinculados al Centro durante cuatro décadas, han desarrollado su labor diaria, con gran conocimiento, profesionalidad, alto nivel de exigencia y valores éticos. Una labor que les ha aupado a los puestos de honor en el reconocimiento colectivo de los integrantes de éstas Artes Escénicas.